Oaxaca: nuevos sismos y nuevas tragedias azotan al pueblo





 Las heridas aún están abiertas en la memoria de miles de mexicanos, en especial para los habitantes de Oaxaca, un estado ubicado en el sureste de la República de este país.

El año pasado fue difícil para miles de personas en diversas comunidades, municipios y ciudades tras los sismos del 7, 9 y 23 de Septiembre que afectó varios estados de la República, y en donde los mayores decesos y daños materiales fueron en el estado de Oaxaca.

El pasado 16 de Febrero de 2018 volvió el pánico y el sentido de abandono del pueblo por parte de los tres órdenes de Gobierno del viejo estado.

Un nuevo sismo al filo de las 17:39hrs. a 11 km Noreste de Pinotepa Nacional de 7.2 grados Richter convulsionó la calma y trajo a la memoria la tragedia insistente de hace tan solo unos meses. Nuevamente casas habitación, comercios, escuelas, hospitales, carreteras, hoteles, restaurantes, etc. se vieron afectados, esta vez en la Costa Oaxaqueña.

50 comunidades de esta región están con daños de considerable afectación a pérdida total, familias enteras han perdido sus pocas pertenencias.

En este momento, la reconstrucción ha sido lenta, el tejido social se crispa y como es de esperarse (justo como se vivió en el Istmo después de los terremotos de Septiembre de 2017) la atención gubernamental para los damnificados, no llega.

Esto se explica no solo por el desprecio natural que las clases dominantes sienten hacia las capas más profundas del pueblo o la incapacidad del régimen para garantizar la vida y seguridad de las masas. La desatención gubernamental (incluido el desvió de recursos federales del FONDEN para la atención de la emergencia y el “extravío” de al menos 34, de los 36 millones de dólares que recibió el gobierno mexicano como “ayuda humanitaria” por parte de instituciones y fundaciones extranjeras) responde principalmente a intereses electoreros de las distintas facciones de la burguesía.

Es claro que ante las elecciones próximas de Julio de 2018 los intereses de la gran burguesía y los latifundios están perfectamente concentrados en sus verdaderas prioridades y no en resolver las necesidades más apremiantes del pueblo trabajador.

En ese sentido, la falta de servicios de salud, educación y alimentación para el pueblo, es por demás evidente.

Aunado a esto, otro nuevo sismo se registró la madrugada del lunes 19 de Febrero a las 00:56hrs. con al menos 6 grados Richter nuevamente con epicentro en la Costa de Oaxaca.

Es claro que la población tiene temor; pero también la rabia entre el pueblo se incrementa.

La noche del 16 de Febrero un helicóptero de la fuerza aérea mexicana sobrevolaba los lugares afectados con altos funcionarios del gobierno estatal y federal para “el recuento de los daños”, mientras que en las inmediaciones del municipio de Santiago Jamiltepec las familias principalmente campesinas y de pescadores instalaban un albergue improvisado donde refugiarse tras el sismo que devastó sus viviendas y comunidades; por protocolo de seguridad, los servicios de telefonía, internet y electricidad se habían suspendido en las zonas afectadas.

El lugar estaba en la densa oscuridad, cualquier piloto civil y cualquier persona con sentido común podría entender que no existían condiciones logísticas para garantizar un aterrizaje seguro; máxime teniendo en cuenta que aquella era una zona de emergencia.

Bastaron unos minutos para escuchar el chirrido del metal, la tierra suelta provocó una gran tolvanera, el aparato se había desplomado impactando con furia dos camionetas tipo urvan de pasaje. Los gritos y sollozos, el desconcierto y la falta de organización eran evidentes, lamentablemente ya había decesos entre la población damnificada.

De la nave descienden con dificultad los funcionarios de los gobiernos estatal y federal, entre ellos el Gobernador del Estado de Oaxaca, el Secretario de Infraestructura, el Secretario de Gobernación, mandos militares y su inseparable equipo de medios cuya misión inicial era capturar el instante en que los altos funcionarios llegaran a brindar su abrazo a las familias de damnificados.

De inmediato la ira de la población se volcó sobre los uniformes verde olivo que protegían no a la patria, no al honor, no a los damnificados, no a las víctimas del accidente, sino a los tripulantes de la aeronave que volaron durante la noche en busca de una buena fotografía para fortalecer la campaña del PRI rumbo a la elección federal en puerta.

Fieles a su estilo para administrar los hechos y minimizar las situaciones para calmar la ira popular, en una conferencia de prensa improvisada, tuvieron que aceptar los hechos, pero señalando solamente dos decesos, esto era totalmente falso, los medios comerciales que tienen cercanía con el régimen del capitalismo burocrático secundan la versión, mientras que medios alternativos y ciudadanos honestos difunden los pormenores del trágico accidente aéreo, rompen el cerco mediático  y lo viralizan en todas las redes sociales.

El Presidente Municipal de Jamiltepec, Efraín de la Cruz Sánchez, en conferencia a medios internacionales y alternativos da a conocer el número de decesos: 14 personas fallecidas, hombres, mujeres y niños, 15 lesionados con diversos traumas, los cuales fueron trasladados al hospital regional de Jamiltepec, también afectado tras los sismos.

Ante esta situación, el viejo estado ha debido reconocer de manera oficial los decesos, pero sin realizar las investigaciones ministeriales correspondientes para deslindar responsabilidades y castigar a los culpables de estos hechos.

La Fiscalía de Oaxaca identificó a 14 personas, entre ellas un bebé de meses, que fallecieron al caer el helicóptero en el que se trasladaba el Secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete y el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat.

Hasta este momento, la información que proporcionan es la siguiente:

Bebe 6 meses
Juana González Flores, 49 años
Irma Alavés González, 28 años
Citlali Pérez Alavés, 10 años
Sara Vásquez Santiago, 45 años
Adriana Mendoza Pérez, 23 años
Judith Zárate González, 25 años
Eva González Flores, 37 años
Mauro Sánchez Villa, 28 años
Octavio Flores Velasco, 23 años
Rosa Velasco Hernández, 38 años
Hilario Álvarez Acuña, 62 años
Lorenzo Zárate Sánchez, 40 años
Rosa Elia Velasco Hernández, 41 años

Evidentemente las familias de las víctimas, la población damnificada en su conjunto y la opinión popular tienen justa razón cuando exigen que se castigue a los responsables de este “accidente” provocado por la irresponsabilidad electorera del PRI-Gobierno.

En ese sentido, nuestra organización manifiesta su completa solidaridad con el pueblo de Jamiltepec y demás comunidades afectadas y consideramos que la organización y la unidad de los damnificados de los diversos sismos registrados desde Septiembre a la fecha debe ser la brújula que oriente la búsqueda no solo de la reconstrucción de las viviendas y la vida comunitaria; sino también de justicia para las víctimas de cada sismo y de este trágico accidente, y castigo a los culpables.

Para los miles de daminificados en todo el país y para los millones de trabajadores de la ciudad y el campo que vivimos en la pobreza sujetos a la más feroz explotación y opresión, pensar en las elecciones como solución a nuestros problemas sería una necedad y un error. ¡La solución es la revolución!

Aquí, algunas imágenes desde Jamiltepec luego del sismo. El PRI y el viejo estado se desploman.